Con un libro en la mano se fue un día como hoy Paulo Reis. A contemplar el mundo desde arriba, donde el sueño y el pensamiento se besan. Donde Paulo está, una luz ilumina todo, decía su admirado poeta Arseny Tarkovski. Ahora habita una ciudad invisible donde nadie tiene miedo a que no haya respuestas. Como no habrá direcciones, Paulo le habrá encontrado sentido a dar rodeos.

 

Paulo, algún día estaré allí para darte un abrazo; iré en un vuelo imaginado por Rui o subiré en una escalera de Sandra iluminada por nuestro amigo Albano. Nunca me importó ser funambulista contigo. Imaginar exposiciones llenas de historias, proyectos imposibles. Amigo Paulo, te diré que ahora tengo un hijo que lleva tu nombre para recordarle siempre quien es y quién eres. Y me acuerdo de ti, casi a diario. Te hecho mucho de menos.

 

 

DAVID BARRO

Curador e crítico de arte.